“Su línea ha sido desactivada temporalmente por una factura pendiente de pago” fue el mensaje recibido por los trabajadores, este miércoles, en sus terminales.
Valsequillo, a 23 de mayo de 2024. Al Ayuntamiento de Valsequillo se le acumulan los problemas. A la devolución de cientos de miles de euros destinados a servicios sociales, al suspenso en transparencia y al informe demoledor del Ministerio de Hacienda, que sitúa a Valsequillo como el municipio que más tarda en pagar a sus proveedores (178,81 días de media), se sumó este miércoles el corte del servicio de telefonía (llamadas salientes) e internet en las dependencias municipales, por parte de la compañía suministradora del servicio.
“Su línea ha sido desactivada temporalmente por una factura pendiente de pago. Para reactivar la línea contáctenos en el teléfono…” fue el mensaje que se recibió en las oficinas municipales del Ayuntamiento de Valsequillo, este miércoles a media mañana. “Este es un ejemplo más del caos total y absoluto que reina en este ayuntamiento, donde la improvisación, la falta de organización y planificación es el pan nuestro de cada día” denuncia el portavoz de Asamblea Valsequillera, Juan Carlos Atta.
Tras contactar con varios trabajadores municipales durante la mañana del jueves, lo más sorprendente para el líder de la oposición es que ni los concejales, ni el alcalde han informado a la plantilla del problema. “No se ha enviado una circular interna a los trabajadores para explicarles cuál es el problema, no se les ha planteado alternativas para que puedan seguir con su actividad a través del teletrabajo. Desde el miércoles a mediodía, los trabajadores que necesitan conexión a internet y teléfono para hacer su trabajo están parados. Esto es inaudito”.
Los concejales de Asamblea Valsequillera confían en que la situación vuelva a la normalidad de forma urgente porque esta situación afecta al funcionamiento de la administración local, retrasa todavía más la capacidad de respuesta del ayuntamiento, con lo que, una vez más, los vecinos serán los perjudicados y, además, obligará a un nuevo sobreesfuerzo a la plantilla para recuperar el tiempo perdido. “Pero aquí, no pasa nada. Nadie da la cara, ni asume responsabilidades” concluye Juan C. Atta.