Asamblea Valsequillera ha puesto en marcha una nueva campaña de cartelería en la que denuncia la falta de atención del Ayuntamiento de Valsequillo y del Cabildo de Gran Canaria hacia el barrio de San Roque y sus vecinos.
Las reivindicaciones de la formación local se centran, en esta ocasión, en el lamentable estado que presenta la C-810, carretera que comunica el barrio con Correa y con la Higuera Canaria, en la que se registran tres tramos que representan un peligro potencial para la seguridad de conductores y peatones.
“Hemos presentado escritos solicitando el arreglo de la vía, hemos solicitado informes que garanticen la seguridad de la misma, hemos denunciado la situación en los medios de comunicación, hemos hecho vídeos en los que se demuestra el peligro potencial que representa el estado de esta vía en varios tramos. Toda esta labor de información y denuncia ha caído en saco roto porque Ayuntamiento y Cabildo, lo único que hacen es acotar las zonas en donde hay desprendimientos o hundimientos de la vía. Y eso no nos vale. Los vecinos de San Roque quieren soluciones y las quieren ya” denuncia Juan C. Atta, portavoz de Asamblea Valsequillera.
La C-810 presenta, a simple vista, tres tramos en los que ha habido desprendimientos o se ha hundido el firme. El último de ellos, un desprendimiento de parte un muro de contención que, al tratarse de una propiedad privada, ya está siendo arreglado. Pero las otras dos zonas en las que la vía ha tenido que ser acotada por falta de seguridad, sigue sin arreglarse.
“Tanto los vecinos de San Roque como Asamblea Valsequillera estamos hartos de esta falta de atención e implicación del Ayuntamiento y del Cabildo con San Roque. Hemos pedido que se solucionen estos problemas y que se haga un estudio completo del estado de la vía en todo su tramo, para tener la seguridad de que no hay más zonas peligrosas. La respuesta ha sido el silencio. Pues bien, ahora tendrán que ver un cartel todos los días, que les recordará que San Roque existe y que aquí viven personas por las que hay que preocuparse también”, concluye Juan C. Atta.